Desde hace milenios existe en el lago Lleu-Lleu un Cuero, Es un fantasmal animal que habita
en el agua del lagos. Su nombre bien ganado, se debe a que parece un cuero de
algún animal oscuro flotando, cuerpo
aplanado, algunas personas lo asocian con una criatura semejante a una
mantarraya, pero en sus extremidades posee afiladas uñas que
utiliza para arrastrar a sus victimas al fondo, para no dejar que vuelvan a ser
vistas.
Según la creencia de los lugareños su origen se debe a que se juntan cueros de animales que se arrojan al rio,
unidos por el dolor y la desesperacion... vendrian a vengarse de la raza
humana, aunque su plato favorito es el perro y el gato.... también prefiere a
niños y personas pequeñas, por lo tanto los adultos tendrían menos
probabilidades de ser atrapados.
Su manera de atacar sería más frecuentemente al
atardecer, acercándose de manera sigilosa a su presa; que puede estar en la
orilla, o bien bebiendo o bañándose en el agua, o dentro de una embarcación. Se
dice que luego de estar lo suficientemente cerca, con sus poderes hipnotizaría
a su víctima; y posteriormente mediante sus afiladas uñas atraparía a su
víctima o a la embarcación y la arrastraría hacia al fondo. Ya en el fondo,
envolvería rápidamente a su presa y la mataría por sofocamiento; y ahí la
devoraría absorbiéndole completamente la sangre y otros fluidos.
Leyenda del Lago Lleu Lleu donde cuentan que una India del Lago se enamoró.
ENVIADO POR HECTOR REYES GALLARDO EL 12/12/2012 A LAS 02:13 AM
ETIQUETAS: LAGO. LLEU LLEU. INDIA. ENAMORADA.
Lago Lleu Lleu de leyendas encantadas, donde cuentan que una India del Lago se enamoraba,
de temprano se lanzaba a las aguas con amor, su buseo prolongado las distancias acortó,
imponía su presencia importante aquel varón desde lejos observaba,
que belleza estaban viendo sus ojos al contemplar, que riqueza más hembril,
cuando mueve sus lagartos en profundidad cantil. Avanzando hacia adentro desafiando las oleadas,
su deseo desde entonces las caricias tan sonoras por el ruido que sus pechos produjeran al nadar.
Su alimento pecesillos, lechuguillas la acompañan, cual menú el luchesillo agua dulce refrescada
Oh meriendas nutritivas le entregaban fuerzas mil, moza India requería pa' poder sobrevivir.
Cada noche ella dormía entre medio de totoras, le entregaban calorías a traves de sus esporas.
Temprano rompe silencios las avesillas la despertaban, acariciándoles sus polluelos,
partía de nuevo al Lago embalada.
Pero una tarde no regresó, el varoncillo muy preocupado, sus esperanzas pronto se esfuman,
explota en llanto vuelva mi amor, no soy culpable haberla querido, por no lograr estar a su lado,
cuando su vida añoraba un lago. Soy un cobarde lo reconozco, no haber podido encontrar su amor,
me conformé mirarla de lejos, oh que hermosura me dió el Señor. Ahora prefiero siguirla amando,
desde un rincón de mi corazón; buscarla y buscarla sin descansar, hasta en el cielo la
he de encontrar.
Esta ha sido la leyenda de una India enamorada; con el lago convivió, y en el lago se encantó
Lago Lleu Lleu, de leyendas encantadas, donde cuentan que una India del Lago se enamoraba.
De temprano se lanzaba a las aguas con amor, su buseo prolongado las distancias acortó. Imponía su presencia importante aquel varón, desde lejos observaba, que belleza tengo en frente, con postura tan hembril, cuando mueve sus lagartos en profundidad cantil.-
Avanzando hacia adentro desafiando las oleadas, su trayecto desde entonces con brazadas tan sonoras por el ruido que sus pechos generaran al nadar.
Su alimento pecesillos, lechuguillas la acompañan, cual menú el luchesillo agua ténue refrescada.
Las meriendas nutritivas le entregaban fuerzas mil, moza India requería pa' poder sobrevivir.
Cada noche ella dormía entremedio de totoras, le entregaban calorías a traves de sus esporas.
Al amanecida rompe silencios las avesillas la despertaban, acariciándoles sus polluelos, partía de nuevo al Lago embalada. Pero una tarde no regresó, el varoncillo muy preocupado, sus esperanzas pronto se esfuman, explota en llanto vuelva mi amor, no soy culpable haberla adorado, ni fuí capáz contactarla a usted, cuando su vida añoraba un lago. Soy un cobarde me lo merezco, al no lograr encantar su amor, tanto observarla y no conquistarla, ¡¡de qué me quejo lo pienso yo.
Me conformaba verla de lejos, por la hermosura me envió el Señor, ahora prefiero siguirla amando, desde un rincón de mi corazón; trato buscarla sin descansar, con la esperanza mirar su faz, que allá en el cielo la he de encontrar.
Esta ha sido en parte la leyenda de una India enamorada; con el lago convivió, y en el lago se encantó. Hector Rene Reyes Gallardo.